martes, 16 de agosto de 2016

Me quedé quieto y pensé




Colisionan en mi mente miles de pensamientos. Avanzar con ojos bien abiertos por Argentina, Bolivia y Perú, me hace ver y notar cuanta dignidad se encuentra en la pobreza material. Cuantas personas caminando descalzas por la calle pueden enseñar mucho más que un "ilustre" profesor graduado en la Universidad de Buenos Aires 

¿Por qué seguimos siendo marionetas de un sistema tan perverso que le da diez pares de zapatillas a un pibe de veinte años, mientras que hay otros que comen una vez cada dos días o simplemente mueren de hambre?
Es ahora el momento de actuar y tomar conciencia. Hay que humanizar el sistema.
¿Por qué aquel que tiene muchas posesiones se las adjudica alegando ser "fruto de su esfuerzo"?
¿Qué nos pasa? ¿Vamos a seguir toda la vida esclavos? ¿Acaso la vida no está hecha para romper barreras? ¿No se trata de dar y recibir?
No quiero ser un prisionero de las ilusiones que me vende Facebook. No es lo importante. 
No quiero perder la sensibilidad, no quiero pensar en mi jubilación, no me interesa un crédito hipotecario ni tampoco venerar a personas que sólo piensan en su ego.
Quiero estallar y que estallemos juntos. Rompamos moldes, aprendamos, vivamos juntos. Elevemos nuestras conciencias. Seamos libres y felices. Desnaturalicemos lo impuesto, lo codificado y lo material. 
No dejes que la corbata te ahorque, ni que los zapatos te aprieten hasta asfixiarte. 

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